Por tierra, mar y aire, el transporte se debe garantizar y controlar. La fuerza y la dirección del viento, el tipo y la cantidad de precipitaciones y las alertas de heladas y tormentas deben comunicarse a las autoridades y empresas correspondientes para la seguridad de las rutas de transporte internacionales, los medios de transporte, las mercancías y, por último, pero no menos importante, las personas en tránsito.