Para reducir las emisiones de determinadas fuentes, es preciso registrar los niveles de partículas en una red de malla estrecha.
Las medidas generales, como la limitación de la velocidad o las leyes contra los motores de combustión y las calefacciones de gasóleo para respetar los límites de partículas, pueden complementarse o incluso evitarse reduciendo la contaminación procedente de fuentes específicas o, por ejemplo, mediante una gestión dinámica del tráfico. Para reducir las emisiones de fuentes específicas, es necesario registrar los niveles de partículas en una red densa, identificar y analizar las fuentes de partículas y comprender los mecanismos de distribución. La gestión dinámica del tráfico basada en los niveles de partículas requiere incluso mediciones en tiempo real.
Las autoridades públicas analizan la contaminación por partículas con instrumentos científicos que requieren inversiones y umbrales de instalación considerables. Estas mediciones son adecuadas para la investigación selectiva de las partículas en una red de medición gruesa. Es posible que se produzcan grandes desviaciones a pocas calles del lugar de medición, en función de la topografía, los edificios, el viento o las fuentes de partículas. En el caso de los lugares que no han sido seleccionados por las autoridades, los valores medidos más próximos pueden no ser válidos y encontrarse incluso a muchos kilómetros de distancia.
Solución del problema
Como solución a este problema, se necesitan sensores de partículas mucho más baratos pero suficientemente precisos que puedan instalarse fácilmente en cualquier lugar. Estos dispositivos pueden utilizarse para crear una cuadrícula de medición más fina que proporcione información localizada sobre la contaminación atmosférica, lo que permitirá obtener un conocimiento exhaustivo de las emisiones locales y realizar estudios de distribución e identificación de fuentes. Al mismo tiempo, las mediciones deben ser fiables, aunque no se exija precisión científica.
Métodos de medición de las partículas
Tradicionalmente, las partículas se miden depositándolas en un filtro. El filtro suele sustituirse diariamente, secarse y pesarse en un laboratorio. Por tanto, los valores medidos pertinentes se registran como microgramos de polvo en el filtro por metro cúbico de aire filtrado. No se registra información sobre las sustancias químicas implicadas, independientemente de los efectos potencialmente diferentes sobre el cuerpo humano. Las clases de PM son el resultado de la separación de tamaños de polvo mediante filtros impactores dependientes de la inercia. Las partículas de polvo con un diámetro de hasta 2,5 micrómetros de la clase de polvo fino PM2,5 también se incluyen en la fracción PM10.